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Radiación solar

¿Qué es la radiación solar?

La radiación solar es la energía que el sol emite en forma de ondas electromagnéticas y que viaja a través del espacio hasta alcanzar la Tierra.

Esta energía es básica para la vida, pues es la que impulsa procesos como la fotosíntesis, regula el clima y permite la generación de energía eléctrica mediante tecnologías como la fotovoltaica. ¡De ahí la importancia de realizar un correcto mantenimiento de tus placas solares!

Ahora bien, aunque resulta esencial para la vida, es importante saber que también puede tener efectos negativos en la salud humana.

¿Cuándo es peligrosa la radiación solar?

Este tipo de radiación natural puede resultar peligrosa cuando la exposición es excesiva o no se lleva a cabo con la protección adecuada. La intensidad de los rayos solares, el tiempo de exposición y la sensibilidad individual son algunos de los aspectos que influyen en el riesgo.

Por norma general, la radiación solar es más intensa entre las 10:00 y las 16:00 horas, más aún si hablamos de los meses de verano. Además, es importante tener en cuenta que las personas con piel clara, ojos claros o antecedentes familiares de cáncer de piel son más susceptibles a sus efectos nocivos.

También es importante ser conscientes de que factores como la altitud elevada o la presencia de superficies reflectantes como la nieve o el agua pueden aumentar los riesgos asociados a la radiación solar.

¿Cómo afecta la radiación solar en los humanos?

La radiación ultravioleta (UV) puede tener varios efectos negativos sobre la salud humana, como por ejemplo la provocación de quemaduras solares o de daños en los ojos como las cataratas. En cuanto a los rayos UVA, penetran más profundamente en la piel, lo que favorece el envejecimiento prematuro y aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel. Por último, pero no menos importante están los rayos UVB, aunque estos tienen más dificultad para traspasar la atmósfera, su efecto nocivo puede producir daños más significativos. Hablamos de quemaduras solares, el daño directo al ADN de las células de la piel o un mayor riesgo de desarrollar lesiones cancerosas.

Para evitar estos efectos negativos en la medida de lo posible, es recomendable usar una crema con un factor de fotoprotección solar (FPS) elevado, usar prendas protectoras como sombreros de ala ancha y gafas de sol que bloqueen los rayos UV y evitar la exposición al sol durante las horas de más intensidad, además de buscar la sombra siempre que sea posible.

¿Cuál es el tipo de radiación más dañina y cómo protegerme?

De las 3 subcategorías, la radiación UVB es la más dañina, estos rayos son muy energéticos, lo que los hace entre 20 y 1000 veces más dañinos que los UVA. Aun así, no debemos subestimar la radiación UVA, ya que es mucho más constante durante el día. Lo mismo pasa con la altitud; si vas a la montaña, la radiación UVB aumenta un 15% cada 1.000 metros, mientras que la UVA se mantiene.

Te preguntarás ¿Cómo podemos protegernos? La respuesta es muy sencilla ¡con una buena protección solar!.

  • Evita la exposición solar en las horas de mayor intensidad, los rayos UV son más fuertes al mediodía.
  • Bebe suficiente agua para mantenerte a ti y a tu piel hidratada.
  • No escatimes en cantidad ni en frecuencia, deberás volver a aplicar tu protector solar favorito cada 2 horas y cada vez que sudes o te bañes.
  • Usa un fotoprotector con un SPF alto, al menos nivel 30 o 50. No importa el tiempo que te expongas a la radiación solar, un buen protector solar es necesario todos los días de tu vida.

Tipos de radiación solar

La radiación solar que llega a la Tierra se compone de diferentes tipos de radiación, cada una con características y efectos muy diferentes.

  • Radiación ultravioleta (UV), que a su vez se divide en radiación UVA (320-400 nm), UVB (290 - 320 nm, la que provoca las quemaduras solares) y UVC (200 – 280 nm), esta última absorbida por la cada vez más maltrecha capa de ozono.
  • Luz visible (350 - 750 nm), que es la parte del espectro que podemos ver y resulta fundamental para la visión y la fotosíntesis.
  • Radiación infrarroja (750 nm - 1 mm), que es la responsable de la sensación de calor.

Conocerlos, y saber la importancia de sus efectos, te permitirá sacarles partido sin poner en riesgo tu salud.