Impuesto al sol
¿Qué es el impuesto al sol?
El impuesto al sol es el nombre por el cual se conocía en España al peaje de respaldo que pagaban las personas que tenían instalaciones fotovoltaicas. Consistía en pagar un gravamen o impuesto por la electricidad generada por su sistema de autoconsumo solar.
¿Quién tiene que pagar el impuesto al sol?
El ‘impuesto al sol’ en España afectaba a los propietarios de instalaciones de autoconsumo eléctrico que estaban conectadas a la red eléctrica. Este impuesto afectaba principalmente a los dueños de sistemas fotovoltaicos que generaban su propia electricidad y, al mismo tiempo, estaban conectados a la red para obtener suministro en caso de necesidad.
Así, estos usuarios debían pagar por la energía autogenerada y consumida, además de los costes fijos de conexión a la red, lo que hacía que instalar placas solares en el tejado resultase mucho menos beneficioso que a día de hoy.
Por fortuna, esta medida fue fuertemente criticada por desincentivar la adopción de energías renovables y quedó abolida apenas 3 años después de su entrada en vigor. Hoy existen muchos motivos por los que instalar placas solares, y uno de los principales es el gran ahorro que puede suponer en las facturas de luz tanto de viviendas como de negocios.
Impuesto al sol en España
Este peaje se aprobó en el Real Decreto 90/2015 del 9 de octubre, el cual también contemplaba algunas excepciones en la que no tenía que abonarse la tasa:
- Instalaciones fotovoltaicas de Ceuta, Melilla y Canarias
- Instalaciones de menos de 10 kW de potencia
- Instalaciones destinadas a la cogeneración y frenado de trenes
- Instalaciones fotovoltaicas aisladas (placas solares instaladas en lugares sin conexión eléctrica a la red de distribución).
Este gravamen se aplicaba en las facturas de la luz, que eran cargadas a los clientes con sistemas solares de autoconsumo y se dividía en dos conceptos: uno para **potencia **(que se abonaba si la instalación tenía más de 100 kW o contaba con baterías de almacenamiento) y otro para consumo energético, que gravaba la diferencia entre la energía producida por las placas y el excedente devuelto.
A pesar de que no afectaba a la mayoría de pequeños consumidores domésticos, su implantación fue muy polémica. La razón es que afectaba a las empresas que superaban ampliamente los 10 kW, así como a grandes consumidores domésticos.
Todo esto provocó un retraso en los objetivos de autoconsumo en España. Además, su complejidad hizo creer a muchos que tenían que pagarlo, aunque no fuera así, decidiendo de este modo no instalar placas solares en sus tejados.
¿Cuándo se quitó el impuesto al sol y por qué?
El impuesto al sol duró del año 2015 al año 2018, momento en que fue derogado por el Real Decreto-ley 15/2018, aunque un año antes ya se reconoció el derecho a autoconsumir energía sin pagar en el Congreso de los Diputados. Esto se debió a que la propia Unión Europea declaró como ilegal este impuesto, ya que no cumplía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
Su retirada conllevó un gran número de beneficios para la potenciación del autoconsumo solar en España. Este impuesto encarecía mucho los costes, especialmente a los que contaban con instalaciones de gran potencia. Al derogarse, las facturas de electricidad bajaron de forma sustancial, algo que fomentó el autoconsumo. Como era más fácil de amortizar, mucha gente se animó a instalar placas solares a partir de ese momento.
Por otro lado, se simplificaron los trámites burocráticos. Todo eso se unió a subvenciones y ayudas a la energía solar a nivel local, regional, nacional e incluso europeo. Ya en el mismo 2018, la instalación de placas aumentó un 80%.
