Biomasa
La biomasa es una fuente de energía que se obtiene a partir de materia orgánica tanto de origen vegetal como animal y que es una alternativa real a los combustibles fósiles, más contaminantes. Utilizarla permite reducir las emisiones de CO2 de una gran cantidad de actividades, aunque antes de hacerlo es importante comprender qué es la biomasa y cómo funciona.
¿Qué es la biomasa?
La biomasa es toda materia orgánica que puede ser empleada como fuente de energía tras un proceso de combustión, digestión anaerobia, gasificación o pirólisis.
Está conformada por residuos o desechos biológicos (de origen vegetal o animal), agrícolas y forestales, así como por el procesamiento de alimentos (como las mazorcas de maíz).
También puede tratarse de materia orgánica de las aguas residuales y los lodos de la depuradora, la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos o residuos industriales.
Tipos de biomasa
Existen diferentes clases de biomasa, cada una de ellas con sus propias características y usos recomendables.
- Biomasa forestal, que engloba materias como los residuos de la industria maderera, restos de poda y leña.
- Se llama biomasa agrícola a la que se consigue utilizando residuos de cultivos, como cáscaras de frutos secos y paja.
- La biomasa ganadera emplea excrementos y restos de animales para producir biogás.
- Por último está la biomasa industrial, que deriva de residuos de procesos industriales como aceites usados y restos de la producción de alimentos.
¿Biomasa es renovable o no renovable?
La biomasa es una energía 100% renovable, lo que significa no solo que es una energía limpia, sino también que se produce de forma más rápida de la que la consumimos. Sin embargo, a pesar de su gran potencial, la biomasa representa apenas un 1% del consumo energético que se produce en España, todo lo contrario de lo que ocurre en países nórdicos como Suecia o Finlandia.
El origen de la biomasa está en el sol, ya que las plantas se encargan de convertir la radiación de sus rayos en energía química mediante el proceso de fotosíntesis y después la almacenan en forma de materia orgánica.
La biomasa favorece la economía circular, ya que permite darle una segunda vida a productos usados, convirtiéndose en una fuente inagotable de energía que resulta beneficiosa para el mantenimiento de los espacios naturales al eliminar los excedentes de los bosques. Por supuesto, también estamos ante un tipo de energía mucho más económico que otras.
¿Para qué se utiliza la biomasa?
Gracias a plantas especializadas en energía biomasa es posible transformarla en calor o en energía eléctrica mediante procedimientos biológicos y termoquímicos. En el caso del biológico/químico se utilizarán diferentes microorganismos que degradan las moléculas en procesos como la fermentación alcohólica y mecánica, de tal modo que se producen biocombustibles secundarios con diferentes aplicaciones.
Se pueden instalar calderas de biomasa en las viviendas para obtener calefacción (mediante suelo radiante) y calentar agua.
En el caso de la electricidad, la madera será empleada como combustible, de tal modo que los operarios calentarán grandes recipientes de agua con este material y conseguirán accionar generadores eléctricos con el vapor resultante.
De igual modo, con la biomasa es posible generar combustibles líquidos o gaseosos. Para conseguir hidrógeno bastará con romper las moléculas compuestas de agua y carbono mediante vapor, con la ayuda de un catalizador. Este gas servirá para alimentar las baterías de los vehículos y reducir el consumo de combustibles contaminantes. Así mismo, los combustibles líquidos pueden ser empleados como sustitutos de los combustibles tradicionales o como aditivos de estos, gracias al uso de aceites vegetales o restos orgánicos. Así es posible producir combustibles como el biodiésel, que derivaría en que los coches emitieran un olor naranja, por ejemplo, en lugar de a gasolina.
Ejemplos de biomasa
Los principales combustibles obtenidos a partir de la biomasa son la leña de madera, palets, huesos de aceitunas, astillas, excrementos de animales, el gas metano (procedente de residuos orgánicos), el biodiésel o el bioetanol.
La leña de madera, las astillas y los huesos de aceitunas son secados, cortados y triturados para utilizarse en los aparatos domésticos como combustión para estufas y chimeneas. No obstante, el producto más elaborado son los pellets, pequeños cilindros hechos con serrín, astillas y otros residuos comprimidos que se convierten en un combustible esencial para estufas y calderas.
Como hemos comentado con anterioridad, el biodiésel se produce a partir de aceites vegetales y grasas animales, sirviendo como combustible para la calefacción y para los vehículos.
Para que la biomasa sea considerada una fuente alternativa de energía limpia es conveniente que se generen una serie de factores: crecimiento de la producción agrícola, cambio climático, subida del precio del petróleo, aumento de la investigación en energías renovables e inversión económica en la explotación de plantas de biomasa.
Ventajas y desventajas de la biomasa
Usar biomasa tiene tanto beneficios como inconvenientes, y es fundamental conocerlos para usarla de forma responsable y eficiente.
Entre sus principales ventajas están el hecho de que es renovable y abundante, que provoca un menor impacto ambiental y que conlleva costes más bajos que las fuentes de energía convencionales. Además, favorece el reciclaje y la reducción de desechos orgánicos e industriales, además de promover la creación de empleos y el desarrollo económico en zonas rurales.
En cuanto a su cara menos buena, hay que decir que las calderas de biomasa pueden tener un** rendimiento menor** que las de combustibles fósiles y que necesita de un mayor espacio para su almacenamiento y transporte.
Ahora que conoces tanto los beneficios como los posibles contratiempos de la biomasa, podrás servirte de esta fuente de energía y aportar tu granito de arena en la carrera hacia un futuro más limpio y responsable con el medio ambiente.