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Acumulador eléctrico

Un acumulador eléctrico es un aparato que sirve para almacenar energía y utilizarla posteriormente. La función es similar a la de una batería, de hecho, la batería en realidad es un acumulador eléctrico (todas las baterías son acumuladores eléctricos, pero no todos los acumuladores eléctricos son baterías).

Generalmente, se usan para conseguir ventajas económicas, es decir, para ahorrar en la factura de la luz. Las nuevas tarifas de discriminación horaria tienen grandes diferencias entre las horas punta y valle. Por ello, es aconsejable usar un acumulador en las horas valle, con el fin de obtener energía más barata en las horas valle.

Sin contar las baterías, existen diferentes tipos de acumuladores en el mercado:

  • Acumulador eléctrico térmico: sirve para la calefacción eléctrica de una vivienda, utilizando la energía para generar calor. Para utilizarlos, se suele almacenar calor durante las horas valle de la tarifa eléctrica y liberar el calor durante las horas punta, ahorrando así energía.
  • Acumulador eléctrico fotovoltaico: sirve para recoger la energía proveniente de los paneles fotovoltaicos y almacenarla, con el fin de utilizarla cuando no hay suficiente energía del sol o para usarse en sistemas aislados sin conexión a la red eléctrica principal.
  • Acumulador eléctrico de agua: sirve para calentar el agua almacenada en un depósito. Generalmente, se utiliza para agua caliente sanitaria o ACS.

¿Cómo funciona un acumulador eléctrico?

El funcionamiento de este aparato varía dependiendo del tipo que utilices, ya que cada uno tiene principios diferentes. Sin embargo, todos tienen en común la acumulación de energía y de ahí el nombre.

Para hacerlo, la energía obtenida se transforma en otro tipo de energía para guardarse. Por ejemplo, un acumulador térmico almacena energía en forma de calor, que luego se libera para calentar una vivienda. En el caso de las baterías, se utilizan reacciones químicas potenciales para almacenar la energía, utilizando electrodos y electrolitos.

Dependiendo del sistema, se pueden unir diferentes métodos para almacenar y transformar la energía. Por ejemplo, en los acumuladores eléctricos fotovoltaicos, los paneles convierten la energía solar en electricidad y después se almacenan en baterías, las cuales liberan los electrones para proporcionar energía al sistema.

Aunque sean aparatos que funcionan bastante bien , ningún acumulador es 100% eficiente. Siempre existen pérdidas al convertir y almacenar la energía, como por ejemplo las pérdidas de calor del acumulador térmico. Aún así, la tecnología está en constante evolución, aumentando la eficiencia, la duración de las baterías y la vida útil.