Transición energética
¿Qué es y para qué sirve la transición energética?
La transición energética es el proceso de transformación del modelo actual basado en combustibles fósiles hacia un sistema fundamentado en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías limpias. En otras palabras, cuando nos preguntamos qué es la transición energética, hablamos del cambio estructural que busca garantizar un suministro energético sostenible, accesible y respetuoso con el medioambiente.
La definición de transición energética también incluye un componente social y económico, ya que no se limita a sustituir fuentes de energía, sino que implica modernizar infraestructuras, fomentar la innovación tecnológica y promover hábitos de consumo más responsables.
Además, la transición energética tiene un papel esencial en la lucha contra el cambio climático y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. También permite aumentar la independencia energética de los países al reducir la dependencia de recursos fósiles importados. En el plano doméstico, elegir tarifas que favorezcan la energía limpia —como las que puedes consultar en nuestras tarifas de luz— también es una forma de impulsar este cambio.
¿Cuáles son los beneficios de la transición energética?
Los beneficios de la transición energética son múltiples y abarcan el ámbito ambiental, económico y social:
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Reducción de emisiones contaminantes, clave para cumplir los objetivos climáticos internacionales.
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Impulso a la innovación tecnológica y al desarrollo de nuevas industrias relacionadas con las energías renovables.
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Creación de empleo verde, tanto en instalación de infraestructuras como en mantenimiento y servicios asociados.
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Ahorro económico a largo plazo, gracias al descenso progresivo del coste de las energías limpias.
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Mejora de la salud pública, al disminuir la contaminación atmosférica.
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Mayor independencia energética, reduciendo la vulnerabilidad frente a crisis geopolíticas.
En definitiva, los beneficios de la transición energética son fundamentales para garantizar un futuro sostenible y más justo.
¿Cómo acelerar la transición energética?
Acelerar la transición energética requiere la combinación de distintos factores:
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Inversión en energías renovables y en redes eléctricas inteligentes.
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Impulso al autoconsumo fotovoltaico y al almacenamiento con baterías.
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Electrificación del transporte y la industria, sectores altamente dependientes de combustibles fósiles.
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Medidas regulatorias e incentivos que faciliten el acceso de hogares y empresas a soluciones sostenibles.
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Educación y sensibilización ciudadana, para fomentar un uso más eficiente y responsable de la energía.
La transición energética no es solo un reto: es también una oportunidad única para construir un sistema energético más limpio, seguro y económico.