Transformador
Un transformador eléctrico es una máquina que sirve para transformar la corriente eléctrica alterando alguna cualidad de la misma, generalmente el voltaje, para adaptar la electricidad a las condiciones deseadas.
Un transformador está formado por un núcleo por el cual circula el campo electromagnético, que evita las pérdidas, además de una o más bobinas de hilo de cobre para cambiar el voltaje. A más espiras en la bobina, más voltaje. Por último, tiene elementos aislantes para separarlos, así como un tablero de control, elementos mecánicos y de protección.
Para cambiar el voltaje, el transformador utiliza la inducción electromagnética, cambiando el voltaje al aumentar o reducir el número de vueltas en la bobina de salida. Cuando una corriente alterna fluye a través de una de las bobinas (primaria), se crea un campo magnético variable que induce una corriente en la otra bobina (secundaria).
La mayoría de los transformadores son de potencia, cambiando la tensión, pero manteniendo la intensidad. Puede haber transformadores elevadores (que aumentan el voltaje) y reductores (que lo disminuyen).
La relación entre el número de espiras en la bobina primaria y el número de espiras en la secundaria determina si el transformador aumenta (eleva) o disminuye (reduce) la tensión. Si existen más espiras en la bobina secundaria, la tensión aumenta. En cambio, si existen menos bobinas, disminuye. Un transformador elevador puede convertirse en reductor y viceversa al conectarse al revés.
Aunque en la teoría los transformadores son ideales, es decir, sin pérdidas, en la vida real siempre hay pequeñas pérdidas por las llamadas corrientes de Foucault, entre otras causas.
¿Para qué sirve un transformador eléctrico?
Los transformadores eléctricos se utilizan para manipular la tensión de la electricidad y adaptarla a nuestras necesidades. Por ejemplo, sirve para crear líneas de alta tensión para transportar la energía, minimizando así las pérdidas a grandes distancias por el efecto Joule. Sin el transformador, se perdería mucha energía debido a la elevada longitud del cable conductor.
Sin embargo, esta energía obtenida no puede ser utilizada directamente. Por ello, se necesita otro transformador para reducir la tensión y que pueda suministrarse a los hogares e industrias. Se suele transformar primero a media tensión para el transporte local y finalmente a baja tensión para utilizarse ya en el hogar.
Por último, mencionar que los electrodomésticos suelen poseer un pequeño transformador, ya que su tensión suele ser todavía más baja. Esto les permite funcionar correctamente y sin riesgos, a pesar de que la corriente es más elevada de lo necesario.