Comunidades energéticas
Una comunidad energética es una entidad jurídica formada por varios socios situados en una misma comunidad o próxima a ella. Los socios participan abierta y voluntariamente en proyectos de energía renovable, generando, distribuyendo y consumiendo su propia energía, así como servicios asociados a ellos.
Todos pueden formar parte de esta comunidad si están en la localidad o alrededores, independientemente de su actividad. Esto incluye particulares, comunidades vecinales, pymes, grandes empresas, comercios, cooperativas e incluso el Estado a través de la administración pública y el Gobierno local.
Generalmente, se utilizan placas solares de autoconsumo en estas comunidades. Además de la energía solar, se pueden utilizar otras fuentes de energía, siempre que sean renovables, como la biomasa (para calefacción) o la energía eólica en forma de pequeños parques eólicos.
No hay que confundirlo con el autoconsumo compartido, ya que existen similitudes entre ambos, pero no son lo mismo. La diferencia es que con el autoconsumo compartido solamente se genera la electricidad para consumo propio, siendo el mejor ejemplo las placas solares en la fachada de un edificio comunitario.
En cambio, con las comunidades energéticas se busca algo más allá, dando servicios energéticos en la zona y contribuyendo al desarrollo de la misma. Por ejemplo, una comunidad de este tipo podría dar acceso a un enchufe de carga para vehículo eléctrico.
Aunque por el momento tiene un escaso desarrollo, se considera como el futuro a largo plazo. La mayor ventaja es la democratización de la energía, ya que todos podrán acceder a las renovables sin tener una instalación de autoconsumo propia. Al ser energía renovable, se reduce la huella de carbono y se cumple con los pactos.
Otra ventaja es la creación de empleo, pues los beneficios se quedan íntegramente en la zona. Por último, se obtiene la independencia energética, sin depender tanto de grandes compañías.
¿Qué beneficios tienen las comunidades energéticas?
Este tipo de sistemas ofrecen infinidad de ventajas tanto a nivel económico como ambiental y social. Participar en una de ellas permite contribuir activamente a la transición hacia un modelo energético mucho más eficiente, sostenible y descentralizado.
¡Conoce las principales ventajas de las comunidades energéticas!
- La generación y el consumo de energía renovable permite a sus miembros conseguir un gran ahorro económico.
- La dependencia de proveedores externos disminuye, lo que proporciona una mayor estabilidad energética.
- Se reducen las emisiones de CO2, lo que es mucho más respetuoso con el medio ambiente.
- Las comunidades energéticas impulsan la economía local, ya que generan empleo en proyectos de energía renovable.
- Además, los miembros de las comunidades energéticas son quienes toman las decisiones sobre la energía que consumen.
Como ves, pertenecer a una comunidad energética está lleno de beneficios para ti, para quienes te rodean y también para tu bolsillo. ¡Ahora solo te falta encontrar la más cercana a ti y unirte a ella!
¿Cómo funciona una comunidad energética local?
Hoy en día, hay pocas comunidades energéticas en España. Eso es porque es un proceso complejo que requiere de un análisis del lugar. El análisis consiste en comprobar quién podría participar, la potencialidad del lugar para instalar placas solares u otras fuentes renovables y la creación de la instalación. Las placas podrían estar en un solar o repartidas por todo el municipio.
Una vez que se ha analizado el lugar y se ha comprobado si es viable, se procederá a la instalación de la fuente de energía renovable elegida. Cuando esté funcionando, comenzará el autoconsumo colectivo en la comunidad. El que quiera formar parte, recibirá la energía producida y comenzará a ahorrar en la factura.
Por último, algunas comunidades realizan una labor extra para fomentar las energías renovables. Eso incluye la instalación de puntos de recarga eléctrica o labores para fabricar biomasa, favoreciendo la limpieza del monte.
Ejemplos de comunidades energéticas
Las comunidades energéticas son una realidad en cada vez más zonas del mundo, ¡y aquí tienes algunos ejemplos de ello!
- En Urroz Villa, en Navarra, se han instalado cerca de un centenar de paneles fotovoltaicos que generan el 54% de la energía consumida por el municipio. Esto ha permitido reducir las emisiones de CO2 y conseguir un gran ahorro tanto a los residentes como a las instalaciones públicas.
- La comunidad energética de Vauban, en Friburgo (Alemania) es una de las pioneras en Europa. Sus 445 kW de energía fotovoltaica hacen que la ciudad genere cuatro veces más energía limpia de la que consumen sus vecinos en un año, lo que la ha convertido en la capital energética del Viejo Continente.
- La de Ragusa, en Sicilia, fue la primera comunidad energética agrícola de Italia. Aprovecha la radiación solar de la zona para generar más de 300 MWh al año, lo que permite a las empresas participantes reducir notablemente el importe de sus facturas de luz.