Alta tensión
Llamamos alta tensión a una instalación eléctrica con un nivel de voltaje muy elevado. Se utiliza para transportar electricidad a largas distancias por cable, generalmente desde la central eléctrica (centrales eólicas, térmicas, solares…) hasta la subestación de transformación.
Llamamos tensión a la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos y se mide en voltios, siendo la tensión la encargada de empujar la corriente a lo largo del conductor del circuito (el cable). De este modo, cuando un punto se une con otro mediante un conductor existe una diferencia de potencial, el de mayor potencial cede una carga de electrones al otro hasta que el potencial se iguala, siendo este transporte la corriente eléctrica.
Para poder transportar corriente a tanta distancia se utilizan muchos kilómetros de cable, produciéndose pérdidas. Por ello, es necesario subir la tensión. Al elevar la tensión, se consigue reducir la intensidad según la ley de Ohm, ya que son inmensamente proporcionales. Eso hace que se necesite menos intensidad para transportar la corriente.
De este modo, con una intensidad reducida, las pérdidas de energía se reducen. Además, también aumenta la seguridad, ya que los cables no se sobrecalientan por intensidad y no se influye en los fenómenos electromagnéticos. Todos estos cables están alejados de los núcleos urbanos y situados lejos del contacto humano, para evitar accidentes. Además, toda instalación de alta tensión está señalizada para minimizar riesgo.