Energía hidráulica
La energía hidráulica o hídrica es una forma de energía renovable que se genera a partir del movimiento del agua. Es decir, se sirve de la energía cinética y potencial del agua que discurre por ríos y embalses para producir electricidad. A día de hoy, existen más de 1350 centrales hidroeléctricas funcionando en nuestro país, lo que contribuye enormemente a cumplir con los objetivos de transición energética marcados para esta década.
¿Cómo funciona la energía hidráulica?
El funcionamiento de la energía hidráulica se basa en aprovechar la fuerza del agua en movimiento para generar electricidad. Para ello, todas las instalaciones de este tipo siguen un patrón bien definido con el que convierten la fuerza del agua en una corriente eléctrica aprovechable por nuestras viviendas y empresas.
- El primer paso es almacenar agua en embalses situados en altura con el objetivo de conseguir saltos de agua.
- Tras esto, el líquido elemento se canaliza desde el embalse a través de canalizaciones, que hacen que circule de forma directa hacia unas turbinas especialmente diseñadas para esta tarea.
- Al pasar por las turbinas, el agua hace que giren debido a su fuerza.
- El movimiento de las turbinas acciona generadores eléctricos que convierten la energía mecánica en energía eléctrica.
- Por último, la electricidad generada se transforma a voltajes adecuados y se distribuye a la red eléctrica para su consumo.
Tipos de energía hidráulica
Existen dos clases de energía hidráulica según el tipo de central:
- De embalses: acumula el agua en pantanos o embalses, generando energía al liberar el agua mediante la apertura de la esclusa.
- De fluyentes: no acumula agua y genera electricidad directamente del caudal existente del río. En ocasiones, desvía parte de su corriente.
Y otros tres tipos según la potencia:
- Microcentrales: menos de 1 MW.
- Minicentrales: entre 1 y 10 MW.
- Centrales de gran potencia: más de 10 MW.
Usos de la energía hidráulica
El principal uso de la energía hidráulica es la generación de energía eléctrica de forma limpia y renovable. Es una fuente de energía barata, sin emisiones de CO2 y muy segura, ya que se usa agua y no otros elementos potencialmente peligrosos, como ocurre en el caso de las centrales nucleares. Además, no necesita de calderas ni de sistemas de refrigeración, además de ser inagotable si el ciclo del agua se mantiene.
Una central de embalse permite la planificación de la obtención de energía, soltando las esclusas cuando sea necesario generar más electricidad. El embalse también tiene otras funciones, como regular el caudal del agua y hacer un uso más racional de la misma, además de fomentar el turismo en la zona.
Sin embargo, la energía hidráulica está estancada en España. Para construir una nueva, necesitas encontrar un lugar estratégico, con muchas lluvias y un gran desnivel. Se podría decir que ya están construidos todos los pantanos que se podían construir, así que es una fuente de energía que, por desgracia, apenas tiene posibilidades de crecimiento.
Además, su gran impacto ambiental y la modificación del ecosistema ha provocado algunas críticas, haciendo que se apueste más por otras fuentes renovables. Por otro lado, la producción de energía hidráulica depende del clima, ya que si hay sequía, habrá menos caudal de agua y no se generará tanta electricidad.
Ventajas de la energía hidráulica
Las instalaciones hidroeléctricas ofrecen numerosos beneficios a la hora de generar energía eléctrica limpia:
- El proceso de generación de energía eléctrica a partir de la energía hidráulica no emite gases de efecto invernadero, lo que significa que es respetuoso al máximo con la salud de la atmósfera terrestre.
- Una vez construida, una central hidroeléctrica tiene unos costes de funcionamiento y mantenimiento muy bajos, por lo que casi todo es beneficio.
- La vida útil de una central que genere electricidad a través del aprovechamiento de la energía hidroeléctrica puede superar ampliamente los 50 años.
- Las centrales hidroeléctricas pueden ajustar su producción y almacenar energía en forma de agua embalsada. De hecho, hay sistemas para devolver el agua utilizada a la zona de almacenamiento y poder volver a utilizarla.
Este tipo de instalaciones contribuyen a la estabilidad de la red eléctrica, proporcionando un suministro constante y fácilmente predecible, lo que constituye un seguro de vida para España, ¡lo que hace que sean básicas para nuestro ecosistema energético!