Mejoras energéticas para tu hogar o empresa

Los meses de verano suelen estar asociados a un mayor gasto energético, sobre todo por el uso masivo del aire acondicionado. Sin embargo, las épocas calurosas también pueden ser propicias para el ahorro eléctrico y de otras fuentes de energía. ¿Cuál es el secreto? Implantar las mejoras energéticas adecuadas y adaptadas a esta época del año, caracterizada por las altas temperaturas y el aumento de las horas de luz natural.

Las 4 mejoras energéticas más eficaces para tu hogar en verano

Coloca el termostato del aire acondicionado en la temperatura idónea

Entre 24 y 26 grados. Aunque muchos piensan que es necesario bajar mucho más la temperatura del aire acondicionado, la realidad es que casi siempre se logra la ansiada temperatura de confort colocando el aire acondicionado en estos parámetros.

De esta manera, al no haber una diferencia excesiva entre la temperatura del exterior u del interior, no obligamos al aparato de aire acondicionado a estar más tiempo en marcha de los necesario y, por lo tanto, al cabo del día conseguiremos un importante ahorro eléctrico. Y todo ello sin sacrificar nuestro bienestar, ya que está demostrado que la mayoría de personas no están aclimatadas y adaptamos muy bien a esta temperatura. Y además es muy probable que nos ahorremos algún que otro catarro.

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Invierte en el aislamiento de tu vivienda

Nunca lograremos la eficiencia energética y, por consiguiente, ahorrar en la factura de la luz si nuestras ventanas, puertas y fachadas son un coladero por donde se escapa el frío o el calor del interior y entra a raudales el del exterior. Existen muchas formas de mejorar el aislamiento térmico de una vivienda y todo depende de la inversión que queramos realizar, tanto económica como de grado de la reforma.

En todo caso, con cualquiera de estos métodos (y mucho mejor si se combinan) vamos a conseguir mejorar el aislamiento de nuestra casa:

Colocar burletes de goma o caucho en puertas y ventanas para frenar la corrientes de aire.
Colocar silicona en los bordes de puertas y ventanas para impedir el paso del aire y, de esta forma, mantener por más tiempo el efecto del aire acondicionado y la calefacción.
Instalar dobles ventanas o doble acristalamiento con algún sistema climalit.
Aislar térmicamente paredes y fachadas con un sistema de inyección de fibra de celulosa o poliuterano.
En obras de mayor envergadura o integrales podemos usar un Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE), que consiste en la colocación de paneles aislantes en toda la superficie de fachada.
Aislar techos y suelos para evitar puentes térmicos.

Realiza un buen mantenimiento y sustitución de tus aparatos eléctricos

El correcto mantenimiento, siguiendo las instrucciones del fabricante y de ser necesario realizado por personal especializado, es fundamental para que los aparatos que se usan mucho en verano, como el aire acondicionado y el frigorífico, tengan un rendimiento óptimo en materia de eficiencia y energética.

Cuestiones tan básicas y sencillas como cambiar los filtros y limpiarlos correctamente evitan que los aparatos acumulen polvo y otros restos de suciedad y se obturen, lo que provoca que tengan que trabajar con más carga y potencia y, en consecuencia consuman más electricidad.

También es muy recomendable ir sustituyendo los electrodomésticos más antiguos por otros de menor consumo y mayor eficiencia, identificados por etiquetas con la letra A ó B.

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Prioriza la luz natural

Además del calor, el verano se caracteriza porque hay muchas horas de luz, lo cual nos favorece en nuestros objetivos de ahorro energético, siempre que jugamos bien nuestras cartas:

Compatibilizar la orientación de las habitaciones y nuestras actividades en casa para tratar de aprovechar al máximo las horas de luz natural.
Elegir persianas que nos aíslen del calor solar pero, que al mismo tiempo, dejan pasar suficiente luz para no tener que utilizar injustificadamente la luz artificial.

Estrategias específicas de ahorro para la empresas

Muchas de las medidas que hemos resaltado para ahorrar energía en el hogar son igualmente válidas para las empresas de cualquier tamaño o sector. Sin embargo, debido a su mayor dimensión, las organizaciones deben poner en marcha estrategias de eficiencia energética más complejas. Estos son algunas ejemplos:

Usar sistemas de control y regulación del aire acondicionado y la calefacción en función de parámetros como: horarios, ocupación, luz natural, etc.
Instalar claraboyas y dimensionar adecuadamente las ventanas para aprovechar el máximo número posible de horas solares.
Gestión adecuada de la iluminación con controles logísticos programables y los interruptores localizados.

Finalmente, queremos subrayar especialmente la importancia de contratar la comercializadora de luz y las tarifas adecuadas con el fin de lograr las condiciones más ventajosas. En ocasiones, puede ser muy interesante y práctico contar con el asesoramiento de una consultora especializada con el fin de realizar una auditoría energética objetiva y exhaustiva.

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Beneficios de la eficiencia energética

La adopción de medidas de medidas enfocadas en lograr mejoras energéticas comporta un ahorro para los particulares y un aumento de la rentabilidad y la productividad para los pequeños negocios y las empresas.

Pero las ventajas de la eficiencia energética no se limitan a cuestiones económicas o productivas. El ahorro de energía y su producción y transformación con criterios verdes y de sostenibilidad se ha convertido en la mejora arma con la que cuenta el planeta para luchar contra la grave crisis climática en la que nos encontramos inmersos desde hace ya varias décadas.

Y tú, ¿qué tecnologías o trucos has probado para reducir tu consumo durante el verano? En Lucera, seguro que podemos ayudarte a ser más eficiente. Contacta con nosotros y te informaremos sobre cómo ahorrar en tu casa, en tu segunda residencia o en tu negocio.