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¿Qué es la energía solar térmica?

energia solar térmica

La energía solar térmica o energía termosolar es una energía renovable que se obtiene del sol para generar calor. Se utiliza para calentar agua, calefactar, o para producir frío. Esta energía aprovecha la radiación del sol para generar calor, puede utilizarse para producir agua caliente sanitaria, calefacción de espacios e incluso se utiliza para calentar agua en procesos industriales y piscinas residenciales. Como se alimenta de una fuente de energía limpia y renovable, la energía solar térmica contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y a la lucha contra el cambio climático.

Tanto empresas como particulares pueden beneficiarse de esta tecnología, ya que permite disminuir la dependencia de combustibles fósiles y reducir los gastos energéticos a largo plazo.

¿Cómo funciona la energía solar térmica?

Este es un tipo de energía limpia porque convierte la radiación solar en calor utilizable mediante un sistema de captación y transferencia, proceso que se lleva a cabo a través de varios componentes cuya labor es aprovechar al máximo la energía del sol.

  1. Los colectores solares (paneles solares térmicos) absorben la radiación solar.

  2. Dentro de los colectores, un fluido circula y se calienta al pasar por los conductos que han absorbido el calor del sol.

  3. El fluido caliente se dirige a un tanque de almacenamiento, donde cede su calor al agua que se utilizará posteriormente

  4. Por último, el agua caliente almacenada se distribuye según se necesite, ya sea para uso doméstico, calefacción de espacios o procesos industriales, convirtiéndose en un complemento perfecto para quienes se aprovechan de vender su energía solar sobrante.

Ventajas de la energía solar térmica

Esta energía verde ofrece un gran número de beneficios que la convierten en una opción atractiva a la hora de generar calor, y los siguientes son algunos de los más destacables:

  • Reduce el consumo de energía de la red porque aprovecha la energía del sol, que es gratuita, por lo que contribuye a conseguir un gran ahorro en las facturas de energía. ​

  • Contribuye a la reducción de emisiones de GEI, disminuyendo la huella de carbono y ayudando a combatir el cambio climático.

  • La energía solar térmica permite a hogares y empresas generar su propio calor, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y de las fluctuaciones en los precios del mercado energético. ​

  • Los sistemas solares térmicos requieren un mantenimiento mínimo.

  • Estos sistemas pueden adaptarse a diferentes tipos de edificaciones y necesidades, desde viviendas unifamiliares hasta grandes instalaciones industriales.

  • No produce efectos significativos sobre la flora y la fauna, a excepción de las instalaciones de alta temperatura, que suelen ocupar una gran extensión de terreno.

  • No genera ruidos, por tanto, no hay contaminación sonora.

  • No genera desperdicios ni residuos peligrosos de difícil eliminación.

 ¿Sabías que en España la energía solar térmica es una de las renovables, más versátiles y utilizadas gracias a la cantidad de horas de sol? Sin duda alguna, usar energías renovables en vez de combustibles fósiles es clave para un desarrollo sostenible.

¿Cómo instalar la energía solar térmica?

Plantear instalaciones de energía solar térmica es sencillo con la planificación y los conocimientos adecuados, pero ¿quiénes pueden realizarlas?

Para garantizar una instalación segura y eficiente, es recomendable contar con profesionales cualificados en el ámbito de las energías renovables. En España, por ejemplo, existen certificados de profesionalidad para el montaje y mantenimiento de instalaciones solares térmicas que aseguran que el técnico posee las competencias necesarias para llevar a cabo el trabajo de la forma más adecuada, como las que describiremos a continuación:

  1. Analizar las características de la vivienda o edificio, como su orientación, la inclinación y el espacio disponible en el tejado o la demanda energética y las condiciones climáticas locales, todo esto es importante para determinar el tipo y tamaño del sistema que se necesita.

  2. Obtener los permisos correspondientes.

  3. Elegir componentes como los colectores solares, acumuladores y demás elementos del sistema que mejor se adapten a las necesidades identificadas en la evaluación inicial.​

  4. Montar los colectores solares en el tejado o en la ubicación seleccionada, garantizando así una orientación e inclinación que maximicen la captación solar.​

  5. Conectar los colectores con el sistema de tuberías que transportará el fluido caloportador hacia el acumulador e instalar este último.

  6. Integrar el sistema solar térmico con otros sistemas de calefacción o agua caliente ya presentes en la edificación.

  7. Realizar pruebas de funcionamiento para comprobar la estanqueidad, el correcto flujo del fluido y la eficiencia del sistema.

Eso sí, más allá de tener claro cómo se realizan las instalaciones de energía solar térmica, recuerda, ¡es imprescindible que las realicen exclusivamente técnicos cualificados!