Nuestro país, consciente de que goza de un clima perfecto para utilizar a su favor el poder del sol como generador de energía, empezó muy pronto a investigar y desarrollar proyectos de energía solar y fotovoltaica.
Sin embargo, en ocasiones se ha criticado que determinadas regulaciones y normativas sobre energía solar en España han frenado o impedido que nuestro país aprovechase este tipo de energía en todo su potencial, en especial en lo que hace referencia a la energía solar para casas, es decir, el autoconsumo.
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Hagamos un poco de historia….
Historia de la energía solar en España: las distintas normativas y regulaciones
Tenemos que retroceder hasta un ya muy lejano 1984 para encontrar el origen de la primera instalación fotovoltaica conectada a al red en España. Consistió en una planta piloto de una potencia de 100 kWp ubicada en San Agustín de Guadalix, Granada.
En ausencia de una plan bien diseñado y organizado, en los años 80 el mercado fotovoltaico en España tuvo un desarrollo lento, que no fue más allá de unas pocas instalaciones aisladas. En la siguiente década, la de los 90, comenzaron a instalarse algunos sistemas de conexión de este tipo en algunas viviendas particulares.
Este tipo de instalaciones, muchas veces fundamentadas en modestas iniciativas de particulares, no tuvieron un respaldo legal hasta la aparición a finales de los 90 del Real Decreto 2818/1998, de 23 de diciembre, sobre producción de energía eléctrica por instalaciones abastecidas por recursos o fuentes de energía renovables, residuos y cogeneración. Se trata de una normativa muy básica y poco desarrollada donde se reconoce la necesidad de regular y desarrollar el ámbito de la energía solar.
No será hasta mediados de la década del 2000, con la entrada en vigor del Real Decreto 436/2004 y, sobre todo, con el Real Decreto 661/2007 cuando España se convierte, con 2.708 MW anuales, en uno de los países del mundo con más potencia fotovoltaica.
Sin embargo, con la publicación en septiembre del 2008 del RD 1578/2008 de retribución fotovoltaica se ha producido una ralentización de la instalación de nuevas plantas fotovoltaicas, como consecuencia del establecimiento de una burocracia más estricta, que obliga a la consecución de una serie de permisos tanto por parte de las administraciones como de la compañía eléctrica que opera en cada zona.
Años más tarde, mediante el Real Decreto 900/2015 se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las instalaciones de autoconsumo, estableciéndose el conocido oficiosamente como “impuesto al sol”. Se trataba de una especie de pago o “peaje” que obligaba a los consumidores de una instalación fotovoltaica de autoconsumo a abonar los impuestos correspondientes.
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El fin del impuesto al sol y el empuje a la energía solar en España
En la práctica, el impuesto al sol supuso un notable retroceso en la transición energética hacia el autoconsumo eléctrico en España. Por este motivo, fue derogado tres años más tarde mediante el Real Decreto 15/2018.
Además de la anulación del llamado impuesto al sol, esta normativa incluye una serie de normas y medidas con el objeto de fomentar la energía solar fotovoltaica en España para autoconsumo:
- Las instalaciones pequeñas o no conectadas a red quedan exentas de tener que pedir permisos a la compañía eléctrica.
- Se establece una compensación por la energía vertida para pequeños consumidores.
- Se permite conectarse a varias personas a una misma instalación.
- Reducción del precio de las multas por no cumplir los requisitos de la instalación.
- Eliminación del contador de generación en instalaciones sin vertido.
La anulación del impuesto al sol en España, sumado a las nuevas reformas ha supuesto dar luz verde al autoconsumo, disparando las solicitudes de este tipo de instalaciones en el 2019 respecto al año anterior en un 44%.
– Así funciona la compensación por autoconsumo –
Beneficios del autoconsumo de energía solar en España
La configuración de un sistema de energía solar casero mediante la instalación de paneles solares en nuestra vivienda o negocio supone importantes beneficios:
- Podemos consumir nuestra propia energía eléctrica de forma totalmente gratuita.
- La reducción de nuestra factura puede ser de hasta un 70%.
- La vida útil de este tipo de instalaciones supera los 30 años.
- Se calcula que el tiempo de amortización de la instalación para una vivienda unifamiliar es de entre 7 y 12 años.
- Se trata de un tipo de energía totalmente ecológica y renovable.
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