17 de marzo de 2023
¿Qué significa la clasificación energética F en frigorífico?
El frigorífico es uno de los electrodomésticos de nuestro hogar que más energía consume debido a que se encuentra en funcionamiento permanente durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Por todo ello, es de los que más sufre y de los que más necesitamos renovar con frecuencia. Pero a la hora de comprar un nuevo electrodoméstico habrá que ver que sea eficiente y que el frigorífico no posea la clasificación energética F.
De hecho, si comparamos el consumo eléctrico de un frigorífico con respecto al resto de electrodomésticos, apreciaremos que este aparato supone alrededor del 30%, o lo que es lo mismo, un consumo que oscila entre los 500Wh/24h y los 1.100 Wh/24h en el caso de los modelos de mayor envergadura. Esto se traduce en una diferencia de unos 30 euros anuales en la tarifa eléctrica entre un modelo y otro.
¿Qué significa la letra F en la clasificación energética de frigoríficos?
En marzo de 2021 entró en vigor el nuevo etiquetado energético de la Unión Europea que pretende determinar qué electrodomésticos son más eficientes y cuáles consumen menos energía, suponiendo también un menor impacto medioambiental.
El etiquetado debe recoger: fabricante, modelo y marca, categoría de eficiencia energética, QR vinculado a la base de datos de la Unión Europea y pictogramas con información del electrodoméstico.
De este modo, establece una escala de siete letras: A, B, C, D, E, F, G, suprimiéndose otras que existían anteriormente como los niveles A+++ y A++. Así pues, la etiqueta A se incorpora a los electrodomésticos de mayor eficiencia, aunque son pocos los que la ostentan, mientras que la etiqueta G está reservada para los que son menos eficientes.
La etiqueta más anaranjada es la de clasificación energética ‘F’. Por tanto la clasificación energética F en un frigorífico significará que es de la tipología que más energía consume (unos 507kW). Se corresponde con la antigua categoría B (color naranja), cuyo consumo oscila entre el 55% y el 75%.
Solo por debajo de la clasificación energética F en frigorífico encontramos la ‘G’ (primitiva D), de color rojo, que se refiere a los electrodomésticos menos eficientes y que precisan de mayor cantidad de energía, es decir, entre el 90% y el 100%.
Esto quiere decir que los frigoríficos de clasificación energética A, B o C son los mejores. Dicha etiqueta recoge información extra como: capacidad del espacio disponible para la refrigeración (en litros), capacidad del congelador (en litros) y nivel de ruido (en decibelios).
¿Qué otros electrodomésticos tienen la etiqueta F?
La normativa vigente incorporó en septiembre de 2021 a las lámparas y bombillas y desde 2022 se engloban a lavavajillas, lavadoras, secadoras, frigoríficos, pantallas, aires acondicionados, monitores y secadores en esta misma escala europea. El objetivo es que desde el pasado año todos los electrodomésticos cuenten con el nuevo etiquetado.
¿Hay frigoríficos con otra clasificación energética?
Cada vez es más común que las neveras de nueva fabricación posean una clasificación energética tipo A, B o C. Es cierto que son las más costosas, pero a la larga supondrán un ahorro en la factura energética. Es por ello que cada vez es menos frecuente encontrar frigoríficos con clasificación energética F (de 507 kWh), apostándose más por los de tipo A, B o C (que oscilan entre los 175 kWh y los 350 kWh).
Consejos para el uso eficiente del frigorífico
No siempre nos podemos permitir sustituir nuestro viejo frigorífico de clasificación energética F por otro más eficiente. Por todo ello, existen una serie de recomendaciones básicas que nos ayudarán a reducir el consumo energético y a ahorrar en nuestra tarifa eléctrica.
Elegir un correcto emplazamiento: No instalarlo cerca de una fuente de calor o de un lugar soleado, ni tampoco próximo a la pared para que pueda circular el aire.
Mantener limpia la trasera y el interior: Es importante retirar permanentemente el polvo para que el frigorífico pueda intercambiar el calor con el ambiente. También es importante limpiarlo al menos dos veces al año para retirar la escarcha, desenchufándolo y manteniendo la puerta un poco abierta para evitar malos olores en caso de desuso durante un tiempo.
Cuidar las aperturas: Ordenar bien los alimentos en el interior de la nevera para mantenerla abierta el menor tiempo posible y consumir menos electricidad.
Regular bien la temperatura: Es importante que se mantenga entre 3 y 5 grados y el congelador entre -20 y -18.
No meter comida caliente: Es mejor esperar a que estos primeros alcancen la temperatura ambiente, ya que le costará menos al frigorífico enfriarlos cuando se guarden en él.Lo ideal, por tanto, si estás pensando en renovar tu frigorífico, será apostar por uno que no tenga clasificación energética F, sino de una categoría superior que nos genere mayor ahorro económico y energético, además de suponer un impacto positivo al medioambiente.