09 de julio de 2024
Caldera de condensación: ¿qué es y cómo funciona?
Cada vez es más habitual encontrar calderas de condensación en instalaciones de viviendas y empresas debido a su gran eficiencia energética y su menor impacto medioambiental. Es por esto que resulta importante conocer qué es y cómo funciona una caldera de condensación, ¡sobre todo si se desea explotar todas sus ventajas!
¿Qué es una caldera de condensación? ¿Cómo funciona?
Una caldera de condensación es un aparato de calefacción que recupera el calor de los humos emitidos por la combustión, que contienen vapor de agua. Este tipo de elemento es común en instalaciones de gas natural tanto residenciales como comerciales.
Su funcionamiento se basa en la condensación del vapor de agua presente en los gases de combustión, lo que permite liberar calor adicional que, a su vez, es aprovechado para calentar el agua del sistema de calefacción. Es así como este sistema consigue una mayor eficiencia energética a la vez que reduce las emisiones de CO2 y NOx, gases que dañan la atmósfera terrestre y propician el calentamiento global.
Normativa de salida de humos
La normativa de salida de humos para calderas de condensación determina que las emisiones deben ser evacuadas de forma segura y eficiente, minimizando siempre el impacto ambiental que estas puedan provocar.
En nuestro país, la normativa RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) y el CTE (Código Técnico de la Edificación) especifican las características y requisitos de las chimeneas y conductos para garantizar siempre una correcta evacuación de gases.
Esto incluye la altura mínima y el material adecuado para las chimeneas, así como las distancias mínimas a elementos estructurales y aperturas de ventilación.
Caldera de condensación vs estanca
Se trata de dos sistemas diferentes, por lo que conviene poner atención a cada diferencia entre una caldera de condensación y estanca.
Las calderas de condensación son más eficientes, ya que recuperan el calor del vapor de agua en los humos de combustión.
También emiten menos CO2 y NOx que las calderas estancas gracias a su mayor eficiencia.
Las calderas estancas no requieren un sistema de condensación, por lo que su instalación puede ser más sencilla.
Además, aunque las calderas de condensación requieren de una mayor inversión inicial
, su eficiencia energética puede traducirse en grandes ahorros a largo plazo en el consumo de gas, lo que compensa de sobra dicha inversión.
No tengo desagüe para caldera de condensación: ¿qué hacer?
Si no tienes un desagüe adecuado para tu caldera de condensación, existen varias soluciones.
Instalar un desagüe específico, como un desagüe de condensados o de rebosadero. De este modo, será posible drenar el agua de forma segura sin ningún tipo de problema.
Utilizar una bomba de condensados, que bombeará el agua hacia un desagüe cercano. Se trata de una solución más económica y fácil de instalar, aunque requiere de un mantenimiento regular.
Si las dos opciones anteriores no resultan viables, también es posible optar por una caldera convencional, ¡aunque en ese caso perderás los beneficios de eficiencia energética de las calderas de condensación!
¿Cuál es la temperatura óptima para poner en mi caldera de condensación?
La temperatura óptima para una caldera de condensación es entre 50 y 60 grados para la calefacción y entre 45 y 50 grados para el agua caliente sanitaria.
Ajustar la temperatura dentro de estos rangos mejora la eficiencia energética y asegura un consumo óptimo de combustible, ¡y combinar esto con nuestras tarifas de luz y gas te ayudarán a pagar lo menos posible en tus facturas!