Qué es el consumo fantasma de electricidad y cómo evitarlo

Se llama consumo fantasma a la energía que usan los aparatos eléctricos cuando no están en uso. Si están totalmente apagados no consumen energía, pero hoy en día gran cantidad de aparatos domésticos quedan en modo reposo o stand-by esperando a que volvamos a utilizarlos. Este modo consume muy poca energía, sí, pero al cabo del año puede sumar una cantidad importante cercana a los 30 o 50 euros, según la cantidad y tipo de dispositivos que tengamos en casa. 

¿Por qué se produce el consumo fantasma? 

Antiguamente los aparatos no entraban en modo reposo porque sus transformadores solo tenían una bobina y el interruptor de apagado estaba delante. Actualmente los aparatos tienen transformadores de dos bobinas para adaptar el voltaje de los 230 W de la red eléctrica a los que necesite el aparato. La primera bobina siempre queda conectada por lo que produce ese pequeño consumo fantasma cuando el aparato no está siendo utilizado.

¿Cómo evitamos este pequeño escape de energía? 

Bueno pues lo más sencillo es desconectar todos los enchufes de casa cuando nos vayamos a dormir, a la calle o simplemente dejemos de usar un aparato. Pero, ¿realmente merece la pena todo ese trabajo de estar conectando y desconectando enchufes, apagando y encendiendo aparatos para no dejaros en reposo? Se estima que el consumo fantasma es de hasta el 11 % del consumo eléctrico de un hogar medio, pero no todos los aparatos contribuyen en la misma medida a esta fuga de energía desaprovechada. 

Por ejemplo, un router nunca entra en stand-by, ni un frigorífico, por lo que están continuamente gastando de noche y cuando salimos de casa. La nevera no podemos apagarla a placer porque contiene alimentos que se pueden echar a perder, pero el router sí podemos desconectarlo. En el caso de aparatos que no podemos desconectar, lo más eficiente es comprobar bien el consumo en reposo de los dispositivos electrónicos antes de adquirirlos, un dato que viene especificado por el fabricante; y, por supuesto, comprar aquellos con cifras inferiores. 

Por otro lado hay algunos mitos con respecto al consumo fantasma. Un cargador móvil no conectado a un móvil no gasta ni 30 céntimos al año ni aunque estuviera 24 horas al día todos los días del año ahí puesto. Si el móvil sí está enchufado, el consumo es el mismo que el del aparato en reposo si estuviera desconectado (menos de 0,2 W frente a los 7 u 8 W que necesita para cargar). 

Aparte de desenchufar todos los aparatos hay otras opciones para reducir el consumo fantasma como colocar regletas con interruptor para hacer más fácil el apagado de varios aparatos al mismo tiempo (las hay incluso con eliminador de modo stand-by) o usar temporizadores para apagar dispositivos cuando no estemos o no haga falta que queden en modo reposo. 

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De todas formas, intentar controlar el consumo fantasma no sirve de nada si no usamos los aparatos de forma eficiente cuando están conectados. Dejarse una luz encendida, un mal uso de la tostadora o el horno, o poner una lavadora con agua caliente cuando es innecesario pueden suponer el mismo gasto que todo lo que has ahorrado en meses evitando el consumo fantasma. Así que es importante aplicarse en ahorrar energía en todos los aspectos y no obsesionarse solo con el consumo fantasma. 

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