Iluminación: ¿Qué luminaria es mejor para viviendas domésticas?

Cambiar la iluminación de una vivienda no es algo que debamos tomarnos a la ligera. Una buena o mala iluminación afecta directamente a nuestro estado de ánimo, a nuestro confort, pero también a nuestra factura de la luz.

¿Cuál es la iluminación adecuada para nuestra vivienda? ¿Es mejor apostar por las bombillas de bajo consumo o por las LED? ¿De verdad vale la pena la inversión?

Tipos de bombillas

No todas las bombillas son iguales y en el mercado podemos encontrar de diferentes tipos. Pero si hablamos de eficiencia energética y de ahorro en nuestra factura lo importante es la tecnología que escojamos:

Incandescentes. Es un tipo de lámpara que ha quedado obsoleta, su fabricación está prohibida desde 2012. Si tienes todavía alguna en casa te recomendamos que la cambies por una opción más eficiente, como las que te exponemos a continuación.

Halógenas. Son unas lámparas de encendido rápido, duran de media unas 3.500 horas y soportan un alto número de encendidos. Sin embargo tienen un consumo muy alto, entre 50-250 W, por lo que no son la opción más eficiente.

Fluocompacta, también conocida como bombilla de bajo consumo: Es de encendido lento, porque tiene que calentarse para dar toda su luminosidad, aunque también hay algunas de encendido rápido en el mercado. Tienen una duración media de entre 6.000 y 8.000 horas, pero con un número de encendidos bajo. Su consumo está entre 7-23 W. Consumen poco y pueden ser una opción para reducir el consumo en iluminación y pagar menos luz.

LED. Son de encendido rápido y tienen una duración media de entre 15.000 y 35.000 horas, además de un número de encendidos muy alto. Además su consumo es el más bajo de todas las luminarias, consumen entre 4-15 W. Son, sin duda, la opción más eficiente en el mercado.

Tubos fluorescentes. Son de encendido lento, también tienen que calentarse para dar toda su luminosidad como la fluocompacta. Tienen una duración de 20.000 horas de media con un número de encendidos bajo. Su consumo medio oscila entre 18-52 W.

Los números nos lo dejan más que claro, la inversión más interesante es la de los LED. Además, si a eso le sumamos que en los últimos años esta tecnología ha bajado su coste, es más que recomendable pasarse a las luminarias LED para bajar el recibo de la luz.

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El color de la iluminación

La temperatura que alcanza la bombilla es la que determina el color de la luz. De esta forma, podemos encontrar luces más cálidas que emiten luz más anaranjada o rojiza o luces más frías con tonalidades blancas o azuladas.

En el caso de las luces LED, las que desde Lucera os recomendamos que utilices por su gran eficiencia, distinguimos 3 grandes grupos:

Cálida: hasta 3.000 º Kelvin

Neutra: de 3.000º hasta 5.000 º Kelvin

Fría: a partir de 5.000º Kelvin

Una tonalidad para cada estancia

Según dicen desde la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (ANFALUM) dicen que “se suele invertir mucho en los muebles y no tanto en la iluminación cuando una porción de nuestro bienestar y salud futura está ligado a ella».

Por eso es muy importante escoger la mejor luminaria para cada estancia en función de la actividad que vamos a realizar.

Iluminación cálida: la utilizaremos para crear ambientes cálidos y acogedores o de relax. Por ejemplo habitaciones o dormitorios, salas de estar e incluso dormitorios.

Iluminación fría: este tipo de iluminación crea ambientes estimulantes por sus tonos azulados. Es idóneo para las primeras actividades diarias, por lo que es idónea para el baño. También podemos ponerlas en zonas o áreas de tránsito como escaleras o pasillos, e incluso garajes.

Iluminación neutra: este tipo de luminaria realza los colores y genera animosidad. Puede ser idónea para vestidores, tocadores, salas de lectura, estudios. En cualquier caso se puede combinar con luces cálidas para generar ambientes intermedios y más polivalentes.

Es importante escoger el color de la luminaria en función de la estancia en la que la vamos a usar.Tuitéalo

Otras propiedades de las luminarias a tener en cuenta

El color de la luz y su consumo es lo que más nos interesa a la hora de comprar luminarias nuevas para nuestra casa. Pero también debemos tener en cuenta otros conceptos más avanzados para iluminar de forma eficaz nuestra vivienda.

A. Los lúmenes

Con los lúmenes medimos la cantidad de luz que emite la luminaria. A más lúmenes mayor flujo luminoso emitirá la luminaria. Pero no hay que excederse porque demasiada luz puede deslumbrar y resultar incómodo.

B. Etiqueta de Eficiencia Energética

Al igual que los electrodomésticos, las iluminación también tiene etiqueta de eficiencia energética. Las luminarias LED siempre tendrán calificaciones altas, pero si optas por otro tipo de iluminación, fíjate bien en la etiqueta.

C. Ciclos de encendido

Los ciclos de encendido son la cantidad de veces que se puede apagar y encender una luminaria sin mermar su rendimiento. Si es una habitación en la que sueles dejar encendida la luz no importa tanto la cantidad de ciclos de encendido. Pero si es al contrario, como puede ser la iluminación de un pasillo, hay que fijarse en sus ciclo de encendido.

D. Ángulo de luz

Cuando hablamos del ángulo de luz nos referimos a los grados de apertura del flujo luminoso. Cuanto más pequeño sea el ángulo, más se centrará la luz emitida y cuando más grande, más se repartirá la luz. Lo aconsejable es que los ángulos pequeños tengan un ángulo de 60º para zonas pequeñas de la casa como pasillos o el espejo del baño.

Sustituir las luces tradicionales por lámparas LED puede ayudarnos a ahorrar hasta un 80% en la iluminación de la vivienda. Siempre dependerá del tipo de eficiencia de la luminaria que se escoja o se esté sustituyendo. Eso sí, las luminarias LED siempre ganan por goleada en consumo, eficiencia y ahorro en la factura de la luz.